#1. Así cambiamos a los 30
La década de los 30 años se caracteriza por la estabilidad de nuestro organismo. Desde mi experiencia y mis conocimientos, voy a explicar cómo cambiamos a partir de cumplirlos.
Seguramente, esta es la época en que menos nos preocupamos de nuestro bienestar y más de nuestro trabajo, familia y pareja.
No obstante, el estrés, una mala alimentación y la falta de sueño son factores que, acumulados en el tiempo, se reflejarán en nuestro organismo y nuestra piel en las décadas venideras.
El alcohol y el tabaco también son hábitos nocivos. No solo perjudican nuestra salud. El consumo abusivo de ambas sustancias afecta también a nuestra belleza.
Empecé a cuidarme en esta etapa de la vida. Presté atención a la piel, equilibré mi alimentación, hice algo de ejercicio con asiduidad y dediqué parte de mi tiempo a mí, a mis amigos y a reírme.
Ahora estoy recogiendo los resultados. Estoy segura de haber acumulado reservas para mantener la juventud durante más tiempo.
Conozco los cambios que van apareciendo según la edad en nuestra piel, el cuerpo y el metabolismo. Constituyen una práctica guía para incorporar las rutinas #AntiAging en función de las alarmas que nos muestre el cuerpo.
No tengas prisa. Por mucho madrugar no amanece más temprano, y todo te llegará en el momento oportuno.
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Ahora que hemos conocido las alarmas de nuestro cuerpo a los 30 y sabemos almacenar reservas para el futuro, abordaremos los cambios a partir de los 40.